La polémica de Rufián y el caso Borràs tensan aún más la relación ERC-JxCat

Barcelona/Barcelona, 21 mar (EFE).- La polémica por las críticas del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, al entorno del expresident Carles Puigdemont por sus contactos con Rusia y la causa judicial abierta contra la presidenta del Parlament, Laura Borràs, están tensando aún más la relación entre Esquerra y JxCat.
Tal es el nivel de desconfianza y recelos mutuos entre los dos socios independentistas que JxCat ha anunciado este lunes que encargará una auditoría para evaluar el "grado de cumplimiento" del acuerdo de gobierno que suscribió el año pasado con ERC.
La semana pasada, Rufián desató una crisis con JxCat al afirmar: "Creo que son señoritos que se paseaban por Europa reuniéndose con la gente equivocada, porque así durante un rato se creían que eran James Bond. No nos representan".
Sus palabras llevaron al secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, a tildarlo de "miserable" y Junts registró una petición de comparecencia para que Rufián dé explicaciones en el Parlament.
Lejos de desautorizar a Rufián, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha advertido hoy de que al independentismo "no le hace ningún bien flirtear con Rusia" y no debe buscar alianzas "a cualquier precio", a la vez que ha rechazado la comparecencia que pide JxCat.
Vilalta ha recordado que Rufián se disculpó por el tono "vehemente" de sus declaraciones y ya "no debe dar ninguna explicación".
En declaraciones a La 2, el exportavoz de ERC en el Congreso Joan Tardà ha "agradecido la rotundidad de las palabras" de Rufián y ha denunciado que JxCat no asimila que "la hegemonía independentista esté transitando hacia el republicanismo": "Hay quien no acepta que gobiernen los hijos de las sirvientas", ha resumido gráficamente.
Le ha respondido en rueda de prensa el vicepresidente y portavoz de JxCat, Josep Rius, que se ha preguntado si detrás de las palabras de Rufián y Tardà "hay voluntad constructiva o de que se rompa el Govern para hacer un tripartito", con los comunes y "el apoyo externo del PSC".
Para Rius, "lo más preocupante" es que Rufián solo ha pedido disculpas por "las formas, pero no el fondo", pese a que sus declaraciones fueron "muy graves y muy desafortunadas".
Hay otro asunto que a corto o medio plazo puede generar fricciones entre los socios del Govern: el caso de Borràs, a quien el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha dejado a un paso de juicio por "abusar" de su cargo al adjudicar presuntamente contratos a dedo a un amigo cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes.
El Parlament deberá decidir si a Borràs hay que aplicarle el artículo 25.4 del reglamento del Parlament, que establece que se suspenderá de forma inmediata a aquellos diputados que se sienten en el banquillo de los acusados por delitos vinculados a la corrupción, aunque no haya sentencia firme.
Según Rius, se trata de un "caso claro de persecución política en el marco de una causa general contra el independentismo, no es un caso de corrupción, sino un caso político", por lo que ha emplazado a ERC y la CUP a "hacer un frente común para que un caso de estas características no vuelva a alterar la vida parlamentaria catalana".
Preguntada por cuál será la posición de ERC, Vilalta ha evitado mojarse: "Cuando llegue el momento de pronunciarse, con la máxima información, viendo si hay apertura de juicio oral o no, si hay acusación o no, entonces ya no nos posicionaremos".
Por otra parte, la viceprimera secretaria del PSC Lluïsa Moret ha destacado la "política realista" del Gobierno sobre el Sáhara Occidental tras los cambios en el "contexto geopolítico", diferente al de 2019, cuando los socialistas defendían el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui en su programa electoral.
El portavoz de Catalunya en Comú, Joan Mena, ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que "no ponga en riesgo" el Gobierno de coalición adoptando "medidas unilaterales".