Casi 4.000 niños ucranianos recuperan en España su vida escolar y su sonrisa

Madrid, 24 mar (EFE).- Un mes después del estallido de la guerra en Ucrania, casi 4.000 menores están intentando retomar en España su vida académica. Llegaron cansados, asustados y con la mirada triste, pero con ayuda de sus maestros y compañeros de aula aprenden las primeras palabras en castellano, se acostumbran a la nueva comida y a hacer amigos.

Las directoras de un centro educativo público y otro concertado de Madrid, una de las regiones que más niños acogen junto a Cataluña y Comunidad Valenciana, coinciden a EFE en que los niños son todoterreno que se están adaptando bien a esta situación, pese a la dureza de lo vivido, y subrayan en especial la acogida de sus compañeros.

Hasta este 23 de marzo las comunidades autónomas han escolarizado a 3.677 menores, la mayoría de las etapas de Educación Primaria y Secundaria, mientras que el día anterior, martes 22, sumaban 3.000 y el lunes 21, 2.367, según fuentes del Ministerio de Educación.

Este miércoles, el departamento de Pilar Alegría acogió una reunión técnica para trabajar con los Gobiernos regionales la respuesta integral que habrá que dar a los niños ucranianos -la previsión inicial es que lleguen a España en torno a 100.000-, con la idea de que el próximo miércoles, día 30, se alcance el máximo consenso posible en la Conferencia Sectorial de Educación convocada a tal efecto.

La directora del colegio Lope de Vega, en Alcalá de Henares (Madrid), Carmen Domínguez, ha explicado a EFE que en las dos últimas semanas han escolarizado a siete niños de 7 a 14 años que llegaron "emocionalmente muy tristes y asustados", pero calcula que en tres meses habrán conseguido casi su total integración porque son "como esponjas".

Para sortear la principal barrera, el idioma, el centro les ha proporcionado una tableta para que la usen como traductor, dos profesores se dedican a introducirles al idioma con fichas y van a las clases que les corresponde a su edad, pero de momento solo a aquellas que son más lúdicas (educación física, plástica...).

"Uno de los niños sabe muy bien inglés y traduce al resto del grupo y otro niño del colegio es ucraniano y también nos sirve de puente", añade Domínguez, que ha destacado cómo los alumnos se están volcando con ellos y no ha sido necesaria ninguna tutoría expresa para explicarles la situación de Ucrania.

Es un tema que "lo palpan, lo ven, sienten que son niños como ellos, que vienen con tristeza, con pena, les sale del interior sin necesidad de decirles nada. Intentamos que sean felices, que sonrían, estén cómodos y lo estamos consiguiendo. Esas caras que traían de tristeza y melancolía se están superando".

Coincide Rosa Paredes, directora del IES El Cantizal de Las Rozas (Madrid), donde de momento han llegado cinco niños -un pequeño de 3 años y el resto adolescentes-, que "la verdadera labor de acogida la están haciendo los compañeros, que comparten más tiempo con ellos que los adultos".

Llegaron "muy frágiles y cansados tras un viaje muy largo", pero en estos momentos se les ve tranquilos y se están acostumbrando poco a poco, pese a la barrera del idioma y a que ha habido algún problema con la comida, que les resulta muy extraña.

Una de las ventajas con la que cuentan los menores ucranianos, explica Paredes, es su buen nivel académico.

Más de la mitad de la población infantil de Ucrania ha sido desplazada, tanto fuera como dentro del país. De una población estimada en 7,5 millones de menores, 4,3 millones han abandonado sus hogares y están como refugiados en otros países o se han trasladado a urbes más pequeñas o zonas rurales menos afectadas por la invasión rusa, según ha informado este jueves Unicef.

El Gobierno calcula que a España han llegado unos 25.000 ucranianos, aunque el número total se desconoce porque muchos lo han hecho a través de redes familiares y de amigos.

Marina Segura