La Joven, teatro hecho por jóvenes, pero no solo para jóvenes
Madrid/Madrid, 25 mar (EFE).- La compañía de teatro La Joven nació en 2014 y ocho años después está firmemente asentada en su propósito de iniciar a los jóvenes en su andadura en las artes escénicas desde la interpretación, a la dirección o la iluminación, además de atraer al teatro a un público de menor edad.
"Es un teatro hecho por jóvenes, pero no solo para jóvenes", advierte Pedro Sánchez, director adjunto de la compañía, en una charla con Efe.
Jóvenes a los que tratan como adultos en las temáticas que abordan, en el planteamiento, un teatro que incorpora un lenguaje universal que disfruta todo tipo de público.
Sánchez forma parte La Joven desde sus inicios, en la compañía ha pasado por distintas áreas y ahora asume parte de la gestión. Reconoce que les ha costado hacerse un hueco, tener la atención de las administraciones y los centros educativos porque "no había un referente".
"El teatro para jóvenes está considerado un género de segunda en las artes escénicas", comenta Sánchez, quien considera que la clave del éxito del proyecto es la colaboración intergeneracional, que les lleva a contar con reputados profesionales como Álvaro Luna, en videoescena, con Paloma Parra, diseñadora y técnica de iluminación, o con el músico Alberto Granados, entre otros.
Los integrantes de La Joven no pasan de los treinta años. Actores, directores o regidores tienen ese tope marcado por la edad, que no por el talento. Todos sienten que crecen como profesionales formando parte de ella y celebrarán el próximo domingo, 27 el Día Mundial del Teatro con la esperanza de que el espectador siga recuperando la confianza y acuda a compartir emociones en un teatro.
La fórmula parte de la iniciativa de David González Peralta, su director, José Luis Arellano, director artístico, y Olga Reguilón, producción, por acercar al público joven al teatro, un "espacio cultural vacío", apunta Arellano, que observan que no se produce en otros ámbitos de la cultura como la música, la literatura o los videojuegos.
Pero además el proyecto sirve para dar oportunidades a los jóvenes que quieren formar parte de las artes escénicas, no solo intérpretes, también técnicos, productores, escenógrafos, iluminadores, lo que siempre se ha denominado como "meritoriaje, recuperando así la idea del teatro como oficio".
"La mejor manera de establecer un nexo de unión entre la gente que empieza y los veteranos", teniendo en cuenta al público joven, pero no solo a ellos, "los textos son para un público universal", incide Arellano, director de "Oceanía", la obra póstuma de Gerardo Vera que interpreta Carlos Hipólito en las Naves del Español.
Un proyecto novedoso en España y en el resto de Europa, que confirma que solo hay "algo parecido" en Alemania y Polonia, una circunstancia que refuerza a esta compañía que forman profesionales de toda España y que ha recibido este año a una estudiante de Erasmus de Grecia o jóvenes en prácticas de Latinoamérica.
En su sede, en una nave en la zona sur de la capital, preparan la próxima función, "Praga, 1941", una versión del diario de Petr Ginz, un adolescente judío que fue asesinado Auschwitz, en el que habla de la persecución racial durante la Segunda Guerra Mundial.
Fernando Sainz (27 años) ensaya junto a Raúl Pulido (29 años) el personaje. Ambos, van y vienen a La Joven, pueden compaginar su trabajo con otras compañías, confirman su "suerte" de poder vivir del teatro, aunque reconocen que "no es fácil", otros compañeros comparten la escena con otras profesiones.
"La Joven me dio la oportunidad de seguir aprendiendo. Con ella se pierden los estigmas de teatro hecho por jóvenes. No tratamos a los adolescentes con condescendencia", comenta el actor que ha participado en proyectos dirigidos por Gerardo Vera o Natalia Menéndez.
Raul Pulido, formado en la Resad, compagina la interpretación con la danza, advierte de que la evolución de la compañía ha sido grande.
"Comenzamos ensayando en Parla los fines de semana y poco a poco el proyecto fue cogiendo más dimensión" hasta empezar a proponer campañas escolares que se fueron ampliando a un público adulto.
Considera que cuentan "historias que interesan a la juventud, que les hablan directamente" y asegura que le sigue "impactando cómo lo reciben".
Elvira Ruíz (27 años) forma parte del apartado técnico del espectáculo. Su función es la videoescena, "un elemento plástico más del teatro", un apartado técnico casi de cuño reciente, una profesión a la que ha llegado por casualidad y curiosidad, después de formarse en diseño gráfico.
Explica que la videoescena es una manera de dar más detalles sobre la historia y los personajes, un proceso que se halla en "plena exploración en el lenguaje teatral donde las posibilidades son infinitas".
Todos confían en seguir en la profesión. Pedro Sánchez considera que el teatro es un agente de cambio que sirve para "emocionarnos y hacernos mejores como sociedad, más justa y tolerante" y confía en que un mínimo porcentaje de jóvenes se aficione viendo a La Joven y se convierta en el público del futuro. "Ayudaría mucho a poder vivir del teatro".
Inmaculada Tapia